martes, 26 de octubre de 2010

Desde el Titanic...

Con el reverendo frío que está haciendo en estos días ¿A poco no dan ganas de sacar esos abrigos de piel? Y no sólo abrigos, también guantes, botas, etc… Delicioso sentir cómo entras en calor inmediatamente después de taparte… oh sí… Pero apuesto a que una barra de chocolate, un café, un atolito y un rico pan de muertos podrían ayudarnos también a entrar en calor.
El asunto es que todas estas cosas como sabemos provienen de seres vivientes… que también sienten y son tratados brutalmente para que nosotros tengamos esa chamarra o botas de piel. ¿Para qué queremos productos hechos de piel si ya tenemos la propia?
Así que me puse a buscar y encontré una animación que la verdad me puso a chillar como no había llorado desde el Titanic… y Unas 10 buenas razones para no usar productos de piel.

1.- Millones de animales son matados anualmente: la industria peletera causa la muerte en el mundo a más de 140 millones de animales silvestres. 40 millones de estos animales son criados y matados en granjas y los 20 millones restantes son cazados utilizando trampas no selectivas que a su vez producen la muerte de otros 80 millones de animales no útiles para la peletería.

2.- Extinción de especies: la captura y muerte de animales salvajes con fines peleteros ha llevado durante los últimos siglos a la extinción a diversas especies, como por ejemplo, al visón del mar y al zorro de las Malvinas, mientras que a otras muchas las ha puesto al borde de la desaparición. Algunas de estas especies son: castor, ocelote, pantera nebulosa, nutria marina, tigre, jaguar, koala, o chinchilla salvaje. En la actualidad todaví a se matan animales silvestres en libertad pertenecientes a especies que se encuentran muy amenazadas.

3.- Sufrimiento innecesario: La peletería no es sólo sinónimo de muerte, también lo es de sufrimiento. Los métodos utilizados para matar a los animales son estremecedores. En el caso de animales en libertad, su muerte se produce especialmente mediante la utilización de trampas, tales como cepos. Estos métodos no causan la muerte del animal de forma rápida, sino que alargan el sufrimiento. La muerte termina produciéndose tras largo tiempo de agoní a.
En el caso de las granjas, la crueldad se inicia desde el momento en que se obliga a vivir a los animales en reducidas cajas junto a cientos de congéneres, con grandes niveles de estrés psicológico. Las granjas no tienen en cuenta sus necesidades psicológicas y etológicas, causando en los animales movimientos anormales, apatía y automutilación, incumpliendo la Convención Europea para la protección de los animales de granja. Los métodos utilizados para matar estos animales van desde el gaseado con monóxido o dióxido de carbono, la dislocación del cuello, la inyección de pentabarbital sódico y la electrocución, hasta el desangrado. La auténtica belleza no se puede lograr mediante el sufrimiento, y la crueldad nunca puede ser elegante.

4.- Manipulación genética: la manipulación genética es una constante en las granjas. Se realiza una cría selectiva basada en caracterí sticas tales como la calidad y el color de la piel, o en el éxito reproductor. Por ello, los visones de granja son más grandes y tienen mayor índice de reproducción que los ejemplares libres de su propia especie, aumentando así la producción de las granjas. El resultado es un animal que poco o nada tiene ya que ver con sus características naturales, con lo cual, cuando se produce la fuga de animales de granja, éstos pueden producir alteraciones genéticas en las poblaciones silvestres.

5.- Intento de domesticación: la cría en granjas de animales silvestres como los visones o los zorros se realiza como si éstos fuesen animales domésticos. Los animales domésticos lo son debido a un proceso de domesticación que duró miles de años. Por ejemplo, llevamos unos 12.000 años conviviendo con los perros, 7.000 con los cerdos y 4.000 con las gallinas. Dado que las granjas europeas más antiguas de visón datan de 1920, estos animales han estado en cautividad menos de 75 años y no se les puede considerar en ningún caso animales domésticos. Son animales silvestres encerrados en jaulas.

6.- Introducción de especies exóticas: una de las consecuencias menos conocidas, pero más impactantes para el medio ambiente, de la proliferación de las granjas peleteras, es la introducción que suelen conllevar de especies no autóctonas en el medio natural. En diversas partes del mundo los animales que se escapan de dichas granjas vienen produciendo la ruptura del equilibrio ecológico. Más de 30 millones de visones son criados cada año en las granjas, por ello, el visón americano es una de las especies procedente de las granjas de las que más casos de fugas se conoce. El visón americano fue traido a las granjas europeas en 1926. A España llegaron en 1958, instalándose inicialmente en granjas del centro peninsular y Galicia. Las fugas de visones de dichas granjas vienen repitiéndose desde entonces, existiendo en la actualidad poblaciones en libertad de visón americano, al menos, de Galicia, Castilla y León, Castilla-La Mancha, Madrid, Navarra, Aragón y Cataluña.

7.- Derroche de recursos: la muerte anual de 140 millones de animales silvestres para la confección de innecesarios productos de lujo representa un evidente derroche de nuestro recurso fauní stico. Pero, además, la existencia de las granjas peleteras supone también un derroche energético y de alimentos. Se necesitan 3,3 toneladas de alimento (harina de pescado, proteí nas vegetales, cereales, etc.) para confeccionar un abrigo de visón, y 1 tonelada para un abrigo de zorro. Si estas cantidades se multiplican por los 30 millones de visones que cada año producen las granjas, resulta que anualmente se usan 1.650.000 toneladas de alimento.

8.- Producción de residuos: la crí a de animales en granjas generan ingentes cantidades de residuos orgánicos de los lechos de estabulación, de los alimentos y de los cadáveres despellejados, que favorecen y desarrollan la proliferación de ratas y microorganismos patógenos, y la eutrofización de las aguas. Además, en los procesos de curtición de las pieles se emplean metales pesados que se vierten en las aguas industriales, envenenando los ecosistemas acuáticos.

9.- Lujo innecesario: El frío es siempre una excusa para utilizar las pieles de los animales. Ya sea en países nórdicos como mediterráneos o latinos, éstas prendas son innecesarias, pues más que abrigar del frío lo que hacen es demostrar una posición social y económica, fruto de una moda basada en la ostentación. No es justificable, por lo tanto, usar pieles en ninguna latitud.

10.- Existencia de prendas alternativas: las razones expuestas justifican sobradamente no comprar ni utilizar productos elaborados con pieles pero existen, además, suficientes materiales alternativos, tanto para luchar contra el frí o como para embellecer el cuerpo. En el mercado existen suficientes prendas de abrigo de origen sintético como para desterrar totalmente la utilización de pieles de animales silvestres.





Fuente:www.animanaturalis.com

¡Buenas Noches!

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